Centenario del fallecimiento de don Juan Antonio Gómez Navarro

En tal día como el de hoy, 30 de diciembre, pero del año 1923, fallecía don Juan Antonio Gómez Navarro que según consta en la Copia del acta de constitución de la Sociedad denominada <<Eduardo Lucena-Centro filarmónico cordobés>> (realizada el 23 de septiembre de 1903 e incorporada al Libro de Actas del Centro Filarmónico Cordobés «Eduardo Lucena», diligenciado en Córdoba el 22 de septiembre de 1903 por el Administrador Especial de Rentas de la Provincia de Córdoba) celebrada originalmente por los miembros de la Estudiantina Cordobesa el día 14 de noviembre de 1902 en el salón alto del Café Suizo a las 21´00 horas, fue nombrado (junto a don Cipriano Martínez Rücker) Presidente de honor de la Sociedad.

El Diario de Córdoba del 27 de noviembre publicaba el siguiente artículo relativo a la decisión de nombrar Presidentes honorarios al Maestro de Capilla de la Santa Iglesia Catedral, señor Juan Antonio Gómez Navarro, y al director de la Escuela Provincial de Música, señor Martínez Rücker:

EL CENTRO FILARMÓNICO

A los oficios con que la Sociedad Eduardo Lucena, Centro Filarmónico comunicó su acuerdo de nombrar presidentes honorarios a los reputados maestros don Juan Antonio Gómez Navarro don Cipriano Martínez Rücker han contestado dichos señores con las siguientes expresivas cartas:

<<Visto el oficio que se ha dignado remitirme haciéndome saber que en Junta general fui nombrado A propuesta de la Presidencia y Directiva, Presidente de honor de ese centro, altamente agradecido a tal distinción, que no merezco, le comunico que acepto ese puesto que me señalan, asegurándole que me encontraré muy honrado el día que utilicen mis pobres servicios, siempre que redunden en bien del arte.

Dios guarde á usted muchos años.

Córdoba 20 de Noviembre de 1902.

—Juan Antonio Gómez Navarro>>

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<<Gratamente sorprendido por el nombramiento de Presidente honorario con que acaba de honrarme la culta Sociedad que usted tan dignamente preside, he de significarle la más sincera gratitud a tal distinción por inmerecida más estimada.

Como débil muestra de mi modesta labor artística, me permito ofrecer a tan digna Sociedad algunas de mis composiciones que, inspiradas en los cantos populares de nuestra tierra, tienen marcado sabor regional.

Si el «Centro Filarmónico» las admite y en su día figura alguna de ellas en el programa de sus futuros festivales, me consideraré tan honrado como reconocido por tal distinción.

Ruego a usted acepte la expresión de mi gratitud, siendo intérprete de estos sentimientos míos para con esa culta Sociedad a la cual saludo hoy en la persona de usted.

Dios guarde a usted muchos años.

Córdoba 22 de Noviembre de 1902.

— C. Martínez Rücker>>.

Por último publicamos una firma original de don Juan Antonio Gómez Navarro del año 1885:

R.A.G.

(IIIº) El Centro Filarmónico y el Gran Teatro, con motivo del 150 aniversario de nuestro coliseo: actuaciones de la estudiantina «La Tuna Cordobesa» entre 1887 y 1902.

La primera noticia que nos ha llegado de la sociedad Tuna Cordobesa se corresponde precisamente con su primera actuación en el Gran Teatro, que tuvo lugar el día 8 de mayo de 1887 en una función organizada por la sociedad cómico-lírica Duque de Rivas:

Durante sus primeros años de vida, aun cuando los objetivos de «La Tuna Cordobesa» son los propios de un Centro Filarmónico (esto es, instruir musicalmente a sus miembros y dar muestra pública de sus avances), como no puede ser de otra manera, prefiere actuaciones de menor calado, circunstancia que cambia en 1892, contabilizándose un total de 16 actuaciones:

LA ESTUDIANTINA “LA TUNA CORDOBESA” EN EL GRAN TEATRO 1887-1902 (16 CONCIERTOS)

1887

  • 8 de mayo, participación en la función ofrecida en el Gran Teatro por la sociedad cómico-lírica «Duque de Rivas», ejecutando un pasa-calle, jota, vals de panderas y danza, en el intermedio de las representaciones de la comedia en dos actos, original de los señores Ramos, Carrión y Vital Aza, titulada El Padrón Municipal, y el nuevo juguete cómico de Vital Aza, nominado Parada y Fonda.

1892

  • 13 de marzo, en esta función se estrenaron la Habanera-Tango y la jota ¡¡A Córdoba!!, ambas de Lucena.
  • 27 de marzo, participando en el Festival en auxilio de las víctimas del desbordamiento del Guadalquivir, organizado por la Sociedad Económica de Amigos del País de Córdoba, el cual tuvieron el honor de cerrar interpretando el Pasacalles nº 7 y la barcarola Cruzando el lago.

1893

  • 12 de marzo, velada musical celebrada para saldar las cuentas pendientes de abono del fallecido Lucena y atender a la construcción de un mausoleo en memoria del malogrado maestro a cargo del distinguido escultor señor Don Mateo Inurria.
  • 18 de junio, participación de la sección dramática y la musical en el festival organizado por la Comisión Provincial de la Sociedad humanitaria La Cruz Roja.
  • 15 de octubre, la sección dramática ponía en el popular drama de Zorrilla Don Juan Tenorio.

1894

  • 25 de febrero, participan las secciones musical y dramática en el festival organizado por La Cruz Roja.

1895

  • 20 de enero, función concierto en el Gran Teatro contando con la participación del notable tenor cordobés Francisco Granados.
  • 3 de febrero, las secciones dramática y musical de La Estudiantina Cordobesa junto a la Banda municipal y el tenor Granados participaban en el solemne festival organizado a beneficio de la Asociación de obreros cordobeses titulada Caridad sin límites.

1897

  • 21 de febrero, concierto en el coliseo de la calle de la Alegría, con la participación de la aplaudida primera tiple Srta. Solís, además de las secciones musical y dramática.
  • 28 de agosto, la sección musical participaba en una velada celebrada en el Gran Teatro a beneficio de la Cruz Roja organizada por su comisión provincial

1898

  • 17 de abril, función “a beneficio de un antiguo y aplaudido aficionado de esta capital», en la que participó también la sección dramática.

1899

  • 2 de febrero, función en la que tomaron parte el notable violinista de 9 años, Ángel Blanco, y el célebre ilusionista cordobés Blas Cabello, conocido en otras poblaciones como Sabell.

1900

  • 25 de marzo, función en unión con la Sociedad cómico-lírica, que contaría con la colaboración del ilusionista Guillérboles.

1901

  • 24 de febrero, participación en la función organizada por la Sociedad cómico-lírica Duque de Rivas en la que intervino también el notable barítono don José Casares.
  • 8 de noviembre, participaba en la representación que en el Gran Teatro se hacía de La Cruz de Mayo, aplaudiéndose mucho por el público “la jota de Lucena, que se ha interpolado en la obra para llenar el número del tercer cuadro, y que fue cantada por los coristas y algunos individuos de La Estudiantina Cordobesa”.

Rafael Asencio González

(Iº) El Centro Filarmónico y el Gran Teatro, con motivo del 150 aniversario de nuestro coliseo: Introducción y avance de conclusiones.

El próximo y ya cercano 13 de abril se cumplirán 150 años desde que se alzara por vez primera el telón en el coliseo por excelencia de nuestra ciudad, el Gran Teatro.

A modo de homenaje, y dejando aparte las implicaciones sentimentales que dicho local tiene para mí, me parece oportuno rescatar y dejar constancia de todas las ocasiones en las que el Centro Filarmónico ha dado prueba de su valía artística en el templo cordobés de Talía y Melpómene por excelencia, desde el primer nacimiento de la sociedad hasta la fecha en la que arranca su última y actual versión tras recuperar su autonomía gestora el año 1961, si bien, y a efectos de dar una cifra redonda, incluiremos la primera actuación en el Gran Teatro de ese Centro, que tuvo lugar el día 10 de mayo de 1962 y fue, igualmente, la de su estreno artístico tras cumplir los trámites administrativos.

Por demás, esta serie de artículos sirve también para sacar a la luz alguno de los programas de sus actuaciones en el Gran Teatro y, aunque, la «colección» es bastante incompleta pues o no se conservaron o se han perdido, son con todo bastantes en comparación a lo que del Gran Teatro de tales años queda, conformado básicamente por los fondos de don Emilio Asencio Castillo que habitan en el Archivo Municipal y en el Archivo Histórico Provincial.

Ciertamente, como ya se ha contado en alguna que otra ocasión, el primer Centro Filarmónico Cordobés nacía el día 1 de abril de 1879, siendo su última actuación la que tuvo lugar el día del Carmen del año 1887 precisamente en el Gran Teatro. Antes de que el Centro desapareciera se había estrenado la sociedad Tuna Cordobesa en el mes de marzo de 1887, formada fundamentalmente por miembros de la Sección de Estudiantina del Centro Filarmónico Cordobés y de la comparsa La Raspa,la cual perduró hasta el año 1902 pues, el día 14 de noviembre de ese año acordaba disolverse y refundar nuevamente el Centro Filarmónico, bajo la denominación Eduardo Lucena-Centro Filarmónico Cordobés, que luego en 1904 pasaría a ser Real Centro Filarmónico Eduardo Lucena, al asumir Alfonso XIII la presidencia de honor. Esta sociedad mantendría su autonomía auto-organizativa o de gestión hasta el día 26 de agosto de 1943, fecha en la que ante la mala situación que atravesaba se veía obligada a firmar un Convenio de Incorporación Transitoria por el que pasaba a depender de la Obra Sindical de Educación y descanso, dependencia que duró hasta que en el año 1961, el día 16 de noviembre, la recuperó, y desde entonces hasta ahora.

Consecuentemente la historia del Centro Filarmónico se extiende desde 1879 hasta ahora, y en la que respecta al margen de tiempo marcado para esta serie de artículos, desde 1879 a 1962 en los que el Centro, no me cabe duda, y adelanto aquí una de las conclusiones, es la sociedad artística cordobesa que más ha actuado en el Gran Teatro, ya sea como artista principal o colaborando en representaciones junto a otros artistas locales o no.

Indudablemente las informaciones que en estos artículos desvelaremos habrán de ser de mucha utilidad para los estudios que muy probablemente, en celebración del 150 aniversario del Gran Teatro, se estarán llevando a cabo.

Por último, y relacionado también con estos artículos, se tiene intención de publicar otro en torno a la conexión de la figura de nuestro fundador, don Eduardo Lucena y Vallejo y el Gran Teatro.

Rafael Asencio González.

Hoy conferencia de nuestro Archivero sobre Eduardo Lucena en el Ciclo organizado por la Real Academia de Córdoba en el Real Círculo de la Amistad

Hoy, miércoles 25 de septiembre, nuestro archivero general Rafael Asencio, participará en el Ciclo «Músicos Cordobeses de Ayer y Hoy», organizado por la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba y coordinado por Juan Miguel Moreno Calderón, que se celebra en la Sala «Julio Romero» del Real Círculo de la Amistad (entrada gratuita hasta agotar aforo), con la disertación sobre <<EDUARDO LUCENA Y VALLEJO. El romántico impulsor de la música popular cordobesa (1849-1893)>>.

¡¡¡¡Os esperamos!!!!

RAG

¿Es «La Aparecida», también llamada «Jota a Córdoba» o «Jota del 83» una obra del maestro don Eduardo Lucena?

En el archivo del Real Centro Filarmónico de Córdoba <<Eduardo Lucena>> consta la existencia de la partitura de una jota obra del maestro don Eduardo Lucena Vallejo con los títulos de «La Aparecida» o «Jota del 83».

Es la pieza sobre la que Ricardo Moyano Ruiz [en «Al César lo que es del César», publicado en Eduardo Lucena en el centenario de su muerte (1893-1993), Departamento de Cultura y Educación del Ayuntamiento de Córdoba, Córdoba, 1993], contaba que «cuando Eduardo Lucena compuso la Jota del <<83>>, no cabe duda que lo hizo pensando en Córdoba y sus encantos; en su ambiente y en su historia; en sus mujeres y flores… Esa pudo ser su Jota <<A Córdoba>>; pero por circunstancias que nosotros no podemos ni sospechar, esa jota -conocida sólo por el año en que vio la luz- se extravió (¡!) … y al volverse a encontrar se rebautizó con el nombre de <<La Aparecida>>. A su letra nos remitimos»:

Cordobesa seductora / escucha la ardiente voz, / del que tu cariño implora.

Fuiste Sultana hechicera / orgullo de Abderramán, / que levantó a tu belleza / lo imposible de soñar.

Porque tus encantos tienen la poesía / de este alegre cielo y nuestra alegría; / y si tu quisieras podrías ostentar, / el cetro y la gloria ¡Feliz! / de un Reino sin par.

Entusiastas trovadores / de nuestra tierra cantamos / su mujeres y sus flores.

No hay jardín con más encantos / que nuestra florida sierra, / ni mujeres con más gracia / que las que da nuestra tierra.

Es nuestra Mezquita muda admiración / que encierra en sus muros nuestro corazón, / Ciudad predilecta de historia y valor, / para ti mis labios ¡Siempre! / tendrán una flor.

Es decir, que para Moyano la <<Jota a Córdoba>> y <<La Jota del 83>> son la misma pieza, la cual tras extraviarse fue hallada años más tarde, rebautizándose entonces como <<La Aparecida>>.

Visto lo visto se hace preciso comprobar si Eduardo Lucena compuso una jota en 1883 y, de ser así, cuándo fue ésta nuevamente descubierta tras perderse.

En lo que respecta a la primera pregunta, en mi ¡Salud y Filarmonía! Historia del Centro Filarmónico (1879-1887) se recoge que, en efecto, la estudiantina del Centro Filarmónico Cordobés, que contaba ese año con 70 miembros, en carnaval visitó algunas casas en las que fue obsequiada «por sus dueños con profusión de dulces y licores, reinando en estas reuniones cordialidad y alegría. Las secciones vocal e instrumental, perfectamente ensayadas, ejecutaron muy bien la jota y el pasacalle que con este objeto ha compuesto el Director Presidente de dicho Centro señor don Eduardo Lucena, nuestro estimado amigo. La ejecución de dichas composiciones mereció en diferentes puntos los honores de la repetición, que era pedida por el numeroso público que les acompañaba…» (Diario de Córdoba 13-02-1883).

La Jota del 83 volvería a ser interpretada por la estudiantina del Centro en el concierto celebrado en el Gran Teatro el 15 de mayo de 1884. El Diario de Córdoba del día 21 califica a la obra examinada de esta manera: «Respecto al cuarto número, o sea el Carnaval del 83, sólo puedo decir… está llena de bellezas, resaltando en ella el buen gusto que reina en cuantas producciones brotan de la fecunda inspiración de dicho autor, siendo uno de los muchos laureles que le han conquistado ya el honroso puesto que ocupa entre los maestros compositores de vuestra nación».

Esta es la última vez que se tiene constancia de la ejecución de esta pieza pues, no aparece recogida tampoco, y por tanto nunca fue interpretada (al menos en Córdoba) por el <<Sexteto>> fundado por Lucena en 1886 (que sí interpreta las jotas «El Carnaval del 85» y «El Carnaval del 86»).

Para averiguar cuándo fue «encontrada» puede ser un buen método acudir a la carpeta del archivo del Real Centro en la que se contienen sus partituras para ver cuántas versiones hay de la misma y cuál es la más antigua.

En el mencionado archivo se hallan dos versiones de la obra: En primer lugar, la más moderna es una adaptación de don Jesús Cea Samaniego fechada en 1992; La segunda y última, más antigua, contiene la firma de don José de Pablos Barbudo, que fue director del Real Centro Filarmónico entre el mes de mayo de 1926 [el Diario de Córdoba del martes 18 de mayo de 1926 destaca que «Por primera vez dirigió la Estudiantina cordobesa el notable violinista (se trata de un error del periódico pues era violonchelista)  don José de Pablos Barbudo, al que acertadamente le ha sido encomendada la dirección artística del Centro Filarmónico») y el 16 de julio de 1930 (el diario La Voz del 17 de julio informa de que «Anoche se reunió la junta de esta popular entidad para resolver acerca de la dimisión presentada por el que hasta ahora fue su director artístico, don José de Pablos Barbudo.  La dirección, por acuerdo unánime de todos los miembros de la junta, le fue ofrecida al joven y popular maestro cordobés don Aurelio Pérez Cantero…»); consecuentemente <<La Aparecida>> debió «aparecer» entre esas dos fechas.

No se pone en duda en las partituras firmadas por José de Pablos la autoría de la obra, que se otorga siempre a don Eduardo Lucena, y no se hace distinción entre letra y música, luego ambas corresponderían, en principio, al maestro.

Pero… ¿es en realidad tal cosa como parece deducirse de los datos hasta ahora comprobados?: simple y llanamente no. Veámoslo:

El martes 27 de agosto de 1929, a las once da la noche, en su local social de la plaza de Jerónimo Páez daba un concierto el Centro Filarmónico Eduardo Lucena en honor de sus socios protectores. En este festival ejecutaría por primera vez la obra de la que venimos hablando según consta en el programa publicado en El Defensor de Córdoba del día inmediatamente anterior que, dicho sea de paso, nada dice de que estemos ante un reestreno y, por demás, da la autoría de <<La Aparecida>> a Lucena aunque, eso sí, advierte que la letra de la jota no es del maestro fundador, sino de don Antonio Ramírez López (que en esa fecha era Presidente del Real Centro Filarmónico pues fue nombrado para el cargo el día 16 de noviembre de 1927 y no cesó en el mismo hasta el 6 de diciembre de 1930; y luego ocuparía de nuevo el cargo por un corto período entre el 31 de octubre y el 9 de diciembre de 1933).

El número del Diario de Córdoba del día inmediatamente anterior, esto es, del 25 de agosto de 1929, aclara definitivamente las cosas:

En resumen se trata de una jota de Lucena rehecha por don Ángel Villoslada Torres y don Jacobo Lestón Figuerola tirando de memoria, poco más de 46 años y medio desde que se estrenase por vez primera en el carnaval de 1883, y 45 años y algo más de tres meses desde que existe constancia se tocó por última vez (el 15 de mayo de 1884). Resulta bastante difícil de creer que, habida cuenta las circunstancias [el tiempo transcurrido; que no fuera una obra muy interpretada en su momento; que tanto Villoslada como Lestón fueran jovencísimos a fecha de su estreno; o que incluso para el caso que se diga que ambos bien pudieron acompañar a Lucena en sus paseos nocturnos y bohemios (cosa segura en el caso de Villoslada), en los que al maestro y sus camaradas les sorprendían los primeros rayos del sol sentados en la amplia acera de la calle de la Feria, ejecutando desde la obra de concierto más difícil hasta la tonadilla popular de moda, abstraídos de cuanto les rodeaba, que hacía ya también bastantes años que el maestro había fallecido, concretamente 36], el resultado fuera fiel al cien por cien con el que un día brotó del ingenio de Lucena, razón por la cual sería más justo que la autoría se otorgara al trío Lucena/Villoslada/Lestón.

Por demás, se confirma que las partituras con los arreglos de José de Pablos Barbudo son los originales con los que la obra se reestrenó… obra que más que <<La Aparecida>> debiera haber sido intitulada como <<La Rehecha>>.

Don Antonio Ramírez López

R.A.G.

Estudiantina «La Tuna Cordobesa» (1887-1902): Historia completa y memoria gráfica, artículo publicado a colación de la adquisición por el Centro de una fotografía de dicha sociedad fechada en 1890.

A modo de regalo de Reyes adelantados os dejamos aquí para vuestro disfrute el artículo titulado <<Estudiantina «La Tuna Cordobesa» (1887-1902): Historia completa y memoria gráfica>>, publicado por nuestro Archivero General en el número 2 de la Revista <<Legajos de Tuna>> a colación del hallazgo y adquisición por parte del Centro de una fotografía de dicha sociedad fechada en 1890 (y que por lo tanto es la más antigua hasta ahora halada de una estudiantina de Córdoba) que como su nombre indica versa sobre la historia de la sociedad «Tuna Cordobesa» fundada en 1887 y presidida por don Eduardo Lucena, la cual en 1902 se disolvería en Asamblea celebrada el día 14 de noviembre de 1902 no sin antes acordar la reorganización de la sociedad denominada <<Eduardo Lucena-Centro filarmónico Cordobés>>:

Este Centro agradece a la revista <<Legajos de Tuna>> su deferencia al permitirnos publicar este artículo en nuestro Blog.

R.A.G.

El Popurrí de Aires Andaluces de Eduardo Lucena, estreno e historia

Cabecera de la primera edición de la partitura (Ed. Parodi, año 1889)
Cabecera de la primera edición de la partitura (Ed. Parodi, año 1889)

El 30 de agosto de 1879 la sección instrumental o de serenatas del Centro (única sección existente por entonces) participa en la reunión lírica mensual de la profesora doña Josefa Mora de Ravé y sus encantadoras discípulas, ofreciendo una galante muestra de sus adelantos (se trata de la tercera salida de esta sección, tras las del 11 y el 18 de igual mes y año, y la primera que no consiste en una serenata), interpretando la sinfonía de Poeta y Aldeano, el unísono de violines de Baicana, la serenata de la ópera Don Pascual, la mazurca de Eduardo Lucena y un potpurrí de aires nacionales, compuesto para esta fiesta por el mismo señor director del Centro (las dos últimas piezas tuvieron que repetirse ante la insistencia de los concurrentes). De esta manera el Popurrí se convierte en la segunda obra de Lucena estrenada por el Centro Filarmónico Cordobés tras la mazurca «A mis amigos», tocada por vez primera en la que fue primera salida pública de la sección de serenatas el día 11 inmediato anterior.
En las serenatas del 3 de septiembre de ese mismo año (en primer lugar para la familia de don Juan Conde y Criado en la calle de las Pavas; la segunda para la de don Manuel Gutiérrez de la Concha en la calle Carreteras; y la tercera para la del socio y contrabajista Rafael Güez en la calle Alfaros) vuelve a ser interpretado apareciendo en esta ocasión nombrado como el “Potpurrí de aires andaluces” de Lucena (Diario de Córdoba 04-09-1879 y 05-09-1879).
El 14 de septiembre toca por vez primera en un coliseo la sección instrumental o de serenatas del Centro, pues participa junto a la sociedad dramática La Amistad Cordobesa en una función celebrada en el Gran Teatro. La Amistad Cordobesa pone en escena dos zarzuelas (“Pablo y Virginia” y “En las astas del toro”), entre la representación de las cuales actúa la sección instrumental del Centro Filarmónico, que interpreta la sinfonía Poeta y Aldeano, el Potpurrí de aires del país y la mazurca, obra de Eduardo Lucena.
La actividad desarrollada por el Centro apenas permite descanso y así, el 5 de octubre participa junto a la sociedad dramática La Amistad Cordobesa (que pone en escena las zarzuelas en un acto “Un caballero particular” y “Canto de ángeles”) en la función celebrada en el Gran Teatro a beneficio de la Sociedad Humanitaria San Rafael, interpretando el “Paragraph” de Suppé y el “Potpurrí de Aires Andaluces” de Lucena.
Ya en diciembre, el día 17, el Centro asiste al concierto organizado por la sección de damas de la Sociedad Económica. Hace esa noche su debut la sección vocal de la sociedad. La participación artística se ciñe a tres piezas (aunque luego se ofrece como añadido el “Potpurrí de Aires Nacionales” de Lucena): La serenata de “Don Pascuale”, por las secciones instrumental y vocal, la sinfonía del “Paragrahp” por la sección instrumental, y el “Vals” de Matei.
El Popurrí aparece nuevamente en el programa del concierto con que la sociedad celebra su primer aniversario (el Centro Filarmónico se fundó el día uno de abril de 1879) que acaecerá en el Gran Teatro en la noche del día 10 de abril, «terminando esta magnífica fiesta con el siempre
aplaudido Potpurrí del Sr. Lucena, D. Eduardo, graciosa combinación de aires del país, en la que tiene demostrada su competencia para la composición», que luego alcanzaría los honores de la repetición como también «la Melodía de Stradella, de la primera parte, y la Serenata Al pié de la reja de Carreras, el Adiós a la Alhambra de Monasterio, [y] el Ave María de Gounod… de la segunda».
Con posterioridad se vuelve a tocar en 1882, apareciendo en el programa de la velada lírica en el salón de verano del Centro Industrial con la que celebrar el tercer aniversario de la primera actuación pública del Centro, la cual se fija para la noche del 12 de agosto, aparece esta obra mencionada entonces como «Popurrí de aires andaluces (arreglo) de Lucena».

Primera edición gaditana del  Potpourrí de Aires  Andaluces, Ed. Parodi 1889 (archivo del Real Centro Filarmónico)
Primera edición gaditana del Potpourrí de Aires
Andaluces, Ed. Parodi 1889 (archivo del Real Centro Filarmónico)

El día de la Inmaculada Concepción del año 1883 se tocaba en el concierto verificado en el Gran Teatro, apareciendo en el programa nuevamente como «Potpurrí de aires andaluces», como también ocurrió en la serenata que el sábado 21 de marzo de 1885 ofrecen las secciones vocal e instrumental del Centro filarmónico al eminente poeta cordobés señor don Antonio Fernández Grilo, y en la función literario musical celebrada el día 19 de febrero de 1886 en su sede, situada por entonces en el antiguo Café Teatro del Recreo de la calle del Arco Real, ocasión en la que se dice se tocó el «Potpurrí de aires andaluces para dos violines y dos guitarras, ejecutado por su autor don Eduardo Lucena y los señores Villoslada, Hidalgo y Serrano».Pero no es el Centro la única agrupación dirigida o fundada por Lucena que interpreta el Popurrí desde su composición, forma parte del repertorio del «Sexteto de Cuerda» desde poco tiempo después a su fundación pues, si la agrupación se estrena en el Café nuevo de la calle Gran Capitán el día 24 de septiembre de 1886, el Popurrí de Aires Andaluces es interpretado en su audición del días 6 de noviembre de ese mismo año

Firma de la viuda de Lucena en el ejemplar de la primera edición de  la partitura en poder de la Biblioteca Nacional
Firma de la viuda de Lucena en el ejemplar de la primera edición de
la partitura en poder de la Biblioteca Nacional

También interpretará el Popurrí una remozada Banda Municipal de música, para la que se han creado nuevas plazas cubiertas por algunos profesores de reconocido mérito (llegando a estar formada por 40 individuos) y se han comprado nuevos instrumentos, de cuya dirección se encargará don Eduardo Lucena a partir de la segunda quincena de junio de 1884 y que hará su estreno el domingo 13 de julio en el paseo del Gran Capitán ejecutando, entre otras piezas, el final primero de la opereta Bocaccio, de Suppé, un Pasa calle, una Polca escrita expresamente para lira y el Popurrí de aires andaluces.
Fallecido el maestro Lucena el «Potpourrí de Aires Andaluces» se incorporó al repertorio de la Estudiantina Cordobesa ya en el curso 1894-1895 y al del «Centro Filarmónico Eduardo Lucena» en 1904 (lo toca en el concierto de despedida, previo a su marcha a los carnavales de Madrid, celebrado en el Gran Teatro la noche del 12 de febrero de ese año).
La primera edición de la partitura se llevó a efecto por Juan Pedro Parodi en Cádiz, en el año 1889 y cuenta con calcografía de A. Ruiz (un ejemplar de esta partitura se halla en el archivo del Centro). Si bien la Biblioteca Nacional fecha esta edición en 1890, una noticia publicada en el Diario de Córdoba en su edición del 21 de diciembre de 1889 no deja lugar a duda: <<Obra musical.- Del precioso pot-pourri de aires andaluces, producción notable de nuestro querido amigo el maestro compositor don Eduardo Lucena, acaba de hacerse una edición arreglada para piano, que se expende en la Librería del Diario de Córdoba>>. De esta manera el Popurrí fue la segunda pieza que editó Parodi de Lucena tras La Pavana que vio la luz un año antes en 1888.

R. Asencio

Cuarta edición de la partitura de Ed. Parodi (archivo particular R. Asencio)
Cuarta edición de la partitura de Ed. Parodi (archivo particular R. Asencio)

Don José Molina León (Vª Parte: Música perdida)

6192-263

Además de las partituras que sí se pueden encontrar, la prensa revela la existencia de otras, algunas ya mencionadas aquí [así la jota interpretada por la “Estudiantina Cordobesa” en noviembre de 1893; o el pasacalle a piano dedicado a la artista Miss Geraldine en 1897 o la música para la figura “Arco iris” de la “Danza Serpentina” de la misma artista; o la mazurca “El primer ensayo” estrenada por la Banda municipal en 1894 que, probablemente sea también la mazurca interpretada por la “Estudiantina Cordobesa” en la serenata ofrecida el 19 de marzo de 1896 al general Canella en su casa de la calle Manriques junto al pasacalle “¡Olé mi Córdoba” y la barcarola “El Gondolero”, pues en las actuaciones siguientes aparecen normalmente interpretadas esas tres piezas de Molina León (así por ejemplo el concierto ofrecido en el Teatro Principal de Écija el domingo de piñata 7 de marzo de 1897; o en el programa del concierto celebrado por esta agrupación en su local de la Plaza Séneca el 21 de marzo de 1897)] de las que desconozco su paradero y puede que, incluso, se hayan perdido para siempre:

1. Lecciones del oficio de difuntos para tenor interpretadas por un nutrido coro de cantollanistas, acompañados de armonium, contrabajo y bombardino y el tenor don Rafael Luque, en las honras fúnebres que el Duque de Hornachuelos, jefe provincial del partido liberal y presidente del círculo de dicho partido en Córdoba, dedicaba en sufragio por el alma de la excelentísima señora doña Ángela Vidal, esposa del ex presidente del Consejo de Ministros señor don Práxedes Mateo Sagasta.
2. Habanera (nueva) para coro estrenada por la “Estudiantina Cordobesa” en la velada celebrada en su local de la calle Séneca el día 20 de marzo de 1898.
3. “El Consejo”, canción (coro y orquesta) estrenada por la estudiantina del Real Centro Filarmónico Eduardo Lucena de Córdoba en su concierto celebrado en la población de Fernán Núñez el día 15 de agosto de 1904.
4. Pasacalle (nuevo) y Jota (nueva), llamada también “Jota 905”, estrenados por la estudiantina del Real Centro Filarmónico Eduardo Lucena de Córdoba en su concierto celebrado el día 14 de mayo de 1905 en el Gran Teatro de nuestra capital a beneficio de su director artístico don José Molina León.
5. Pasacalle y jota estrenados en el concierto organizado en el Gran Teatro por la estudiantina del Real Centro Filarmónico Eduardo Lucena de Córdoba el día 21 de enero de 1906 en honor del concertista Chevalier Brindis de Salas y a beneficio de la cocina económica.
6. Jota nueva ejecutada por la estudiantina del Real Centro Filarmónico Eduardo Lucena de Córdoba en postulación para los pobres por las calles de la capital el día 17 de febrero de 1907.
7. Pasacalle “Reina Victoria”, interpretado por la estudiantina del Real Centro Filarmónico Eduardo Lucena de Córdoba en el patio del edificio que los señores Sánchez poseen en la calle Duque de Hornachuelos el día 24 de junio de 1908.
8. Pasodoble “Al Foso”, interpretado por la estudiantina del Real Centro Filarmónico Eduardo Lucena de Córdoba en su concierto celebrado en la tienda del Ayuntamiento de la feria de septiembre, el día 26 de ese mes de 1910.

R. Asencio

La Unión Ilustrada 16-02-1913

Don José Molina León (IVª Parte: Música hallada)

 

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La música del maestro Molina León es a día de hoy prácticamente desconocida pues su difusión ha sido muy precaria, téngase en cuenta que más allá de sus marchas «Fúnebre» y «San Rafael» (aparece con el título “Intermedio San Rafael”, interpretado por la Banda municipal de música en la fiesta de los músicos celebrada en la iglesia de San Pablo el día 22 de noviembre de 1908) sacadas a la luz, esto es, redescubiertas por la Banda de Música María Santísima de la Esperanza de Córdoba (de las que pueden hallarse audios en el canal youtube), tan sólo dos de sus composiciones han sido grabadas, Bajo la Parra «Canción Andaluza» (Molina León) y La Caridad «Jota» (E. Redel y Molina León), incluidas ambas en la colección de seis discos de gramófono del Real Centro Filarmónico Eduardo Lucena de Córdoba impresos los días 14, 15 y 16 de noviembre del año 1929 para la casa “Columbia Gramophone” (con domicilio en San Sebastián), que salieron a la venta en 1930.

Molina León Unión ILustrada 26-05-1912

¿Y el resto? ¿se ha perdido?… Lo cierto es que en el archivo del Real Centro Filarmónico de Córdoba «Eduardo Lucena» hay partituras de las siguientes obras de Molina León:

1. Paseillo Guerrita
2. A Córdoba, jota para coro y orquesta.
3. El Gondolero, barcarola letra de Manuel de Palacio.
4. Mi Cantar, jota.
5. Los Tunos, jota.
6. Amor de Estudiante, jota.
7. Vals (o Wals) de Panderas.
8. El Primer Vestido Largo, gavota.
9. La Palomera, pasodoble póstumo.
10. Ecos de mi Tierra, pasodoble.
11. Bajo la Parra, canción andaluza.
12. La Caridad, jota.
13. ¡Olé, mi Córdoba!, pasacalle.

R. Asencio

ecos de mi tierra

Don José Molina León (IIIª Parte: homenajes)

 

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A los pocos días del fallecimiento de Molina León (Vid. La Voz 13-12-1923) la prensa informaba de que varias entidades musicales de Córdoba estaban organizando un festival a beneficio de la familia del del malogrado artista cordobés que tendría lugar en el Gran Teatro, cuya empresa lo cedía a la comisión organizadora para fecha próxima, y en el que tomarían parte el sexteto dirigido por el señor Cantero, el Real Centro Filarmónico Eduardo Lucena, el cuarteto organizado recientemente y compuesto por los señores Vidaurreta, Pablos, Villalonga y Gómez; más un grupo de compañeros y discípulos del fallecido que interpretaría variosa números, con sujeción a un programa que se publicaría previamente.

El Diario de Córdoba del 26 de enero de 1924 daba cuenta de que el concierto organizado para honrar la memoria de Molina tendría lugar definitivamente en el Gran Teatro el día 29 y en el tomarían parte la orquesta del citado coliseo dirigida por don Aurelio Pérez Cantero, la Agrupación musical denominada Los Trovadores, que luego recorrerían las calles por carnaval (era la comparsa «Los húngaros», que salió el carnaval del año inmediatamente anterior); el notable violoncelista don José Pablos Barbudo, acompañado por el excelente pianista don Luis Serrano, y la Estudiantina del Real Centro Filarmónico Eduardo Lucena. El producto líquido obtenido en el festival, ingresado en la Caja Postal de Ahorros a nombre de la viudad de Molina León, ascendió a 730,25 pesetas, incluyendo en esta cantidad los donativos hechos por don Joaquín Guerrero, la Filarmónica Cordobesa, don Pedro A. Guitiérrez, señores Carbonell y Compañía, el Banco Español d Crédito, don Manuel Enríquez Barrios, don Pedro G. Herrero, don José Carrillo Pérez y otras personas.

Diario de Córdoba 29-enero-1924
Diario de Córdoba 29-enero-1924

Fuera del acto de homenaje del Centro, depositando un ramo de flores ante la tumba de Molina en Madrid, adonde había acudido para dar varios conciertos entre los día 1 y 4 de marzo de 1924; y de la petición inserta en La Voz del 20 de marzo de 1925 relativa a que se hiciera un parque en la parte alta de la Victoria y se emplazaran allí algunos monumentos a los artistas cordobeses, especialmente al maestro Molina León, «contando con que se haya erigido ya el dedicado a Lucena»; sólo cabe destacar que el día 30 de agosto de 1924 se verificaba el primer acto de la Sociedad Lírica Cordobesa (con domicilio en la calle Gutiérrez de los Ríos 19), de la que era presidente el sobrino de Molina León, Rafael Molina Serrano, que nacía con el ideal de cultivar la música genuínamente cordobesa y la de eminentes autores de fama universal, organizando para ello conciertos e impartiendo clases de música para socios y sus hijos. La inauguración oficial del local de su sede sucedía a comienzos de noviembre del mismo año y el 13 de marzo del siguiente se reunía acordando, entre otros asuntos, por unanimidad cambiar su nombre por el de «Sociedad Filarmónica Molina León», cuya vida fue efímera pues, ya a finales de septiembre de 1925 (tras un festival ofrecido en su domicilio el día 19) dejan de tenerse noticias de ella, con lo que debió disolverse.

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Cuenta hoy en día Molina León con una calle en el barrio del Naranjo, razón por la cual tampoco puede hacer tanto que se le puso su nombre pues, ese barrio surgió a principios del siglo pasado a partir de infraviviendas que fueron construyéndose poco a poco, hasta que el plan general de Urbanismo de 1958 vino a reconducir gran parte de las edificaciones existentes. El porqué se le puso a una de sus calles el nombre del maestro es un enigma, tal vez sea por su pasodoble «La Palomera» y es que a ese sitio se accede desde el barrio del Naranjo por el camino que pasa junto al Castillo del Maimón pero, de ser así, tal vez, como veremos al tratar esta pieza musical en concreto, su título no le vino por el arroyo y lugar de la palomera sino por un establecimiento de la capital donde se vendían sus aguas.

R. Asencio

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